Despecho

   La pareja permanecía de pie, frente al escaparate de una de las tiendas más lujosas del barrio comercial donde ambos solian ir de compras.
   —Llevamos casi dos años juntos  —afirmó ella de repente.
   —Así es, amor mío.
   Se volvió hacia él, procurando un gesto acusador más elocuente que cualquier palabra.
   —Tranquila —respondió él con voz pausada—: este año no se me olvidará nuestro aniversario.
   Lo cierto era que nunca le habían importado ese tipo de fechas. Aún peor: tampoco se molestaba mucho en disimularlo. Por otro lado, su apretada agenda de empresario apenas le dejaba tiempo para tener en cuenta en ese tipo de detalles. Tras unos minutos de silencio, ella prosiguió:
   —A veces pienso que sólo estás conmigo por mi físico. Que lo único que buscas en mí es tener sexo a placer y gozar de mi compañía femenina cuando te lo permite tu trabajo.
   Ahora fue él quien se volvió hacia su compañera, mientras ésta seguía con la mirada puesta en el escaparate. Se le pasaron por la cabeza más de una respuesta, aunque finalmente optó por no decir nada al respecto. Se dio la vuelta y se metió en el flamante audi último modelo que estaba aparcado justo detrás, en la misma acera. Al rato ella le siguió, introduciéndose en el pomposo asiento de cuero del copiloto.
   —¿Qué haces? —le preguntó, al verle tan concentrado mirándose en el espejo retrovisor.
   Él no interrumpió su afanosa tarea para responder.
   —Nada —dijo secamente—. Tan solo me preguntaba qué habrías visto tú en mí el día que nos conocimos . —Hizo una pausa deliberada—. Dime —añadió—, ¿en qué restaurante te gustaría cenar hoy?

1 comentario:

Belén dijo...

Tal para cual...

besicos