¿Y qué, si me gusta soñar despierto
si disfruto estando alejado
de la urbe frígida y dominante
vacía, trivial y distante?
Pero no más distante
de lo que yo ahora puedo estar
embriagado por sueños absurdos
sin gusto alguno por el presente
y hostil, incluso
hacia el que quizás no lo merece
Es el mundo donde estoy
libre cárcel aparente
sujeto firme el corazón inquieto
por fuertes cadenas invisibles
que solo yo, al parecer
soy capaz de descubrir
¿Podría ser, sin embargo,
fruto imaginario de mi propia cosecha,
sueño iluso concebido
por una mente en exceso quijotesca?
Pues ahí voy yo, solo pero indómito
intentando acariciar momentos de sosiego
en la ilusoria evasión transitoria
a otro mundo de molinos y guerreros
donde pueda ser yo el héroe
y no se de importancia a la opinión ajena;
atravesando en mi vagar senderos inhóspitos
si no alegres pueblos engalanados
donde digan no saber del amor
o, si prometen conocerlo
al menos sea el único y verdadero
Y al volver de nuevo a la realidad
hostil me vuelvo otra vez, sin querer
en defensa legítima de mi propio ser
por un miedo que ni siquiera alcanzo a entender:
quizás por rencor a esta fría sociedad
o aquellas mismas cadenas
también culpables de mi proclamada soledad
Entonces sale un grito
espontáneo de mi garganta
preguntando afanoso al viento
quién podría enseñarme ahora mismo
a quitar el lastre de malas hierbas
y acicalar mi buen jardín descuidado,
abandonado por tierras lejanas
de altos molinos y bravos guerreros
Y responde el viento con una brisa
bajo un susurro inaudible:
"Sólo el sueño ansiado
bajo un susurro inaudible:
"Sólo el sueño ansiado
convertido en realidad"
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