¿Por qué no?

  Llegado aquel punto de su vida, la decisión que se le planteaba delante no era fácil. Sin embargo, había madurado. Hasta entonces, sus preocupaciones iban encaminadas a la búsqueda de las razones, al análisis del ‘por qué’ de las cosas. Así, antes de embarcarse en sus proyectos se martirizaba durante días y días preguntándose a sí mismo qué pasaría si tomara uno u otro camino.

  Pero ya no. Una nueva manera de ver la vida se le presentó de repente, como quien ve inesperadamente una estrella fugaz, sintiendo cómo, en un instante, había adquirido un conocimiento cuyo rastro seguía desde hacía bastante tiempo. Y firme y decidido prosiguió, sonriente, al tiempo que se decía para sus adentros: «¿Y por qué no?».

2 comentarios:

Dorian dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dorian dijo...

Añoro esa inspiración fugaz y desentumecedora que nos impulsa a hacer algo, a vivir, espero que a tí te halla dado la fuerza justa para renovarte. Me alegro del nuevo rumbo que toma este blog que siempre tiene algo que aportar :D