Menudos poetas

   Muchos no saben ni escribir ni pintar, ni son artistas ni actores de teatro, pero son poetas...

   Para ellos no existen días monótonos. Desde que se despiertan por la mañana hasta el anochecer se presentan ante sus ojos mil situaciones dignas de su atención, un millón de pequeñas historias que bajo sus atentas miradas se tornan en grandes descubrimientos. Así, mientras unos (los mayores) perciben sus días como meras copias de historias ya acontecidas, ellos logran captar esos pequeños detalles que hace diferente cada uno de ellos, esos mismos detalles en los que a veces sólo los niños serían capaces de reparar. Y es algo que los mayores jamás podrían enseñarles, puesto que hace ya tiempo que la mayoría perdió ese don para siempre. 

   Sencillamente, está en la naturaleza de los niños ser de ese modo; siendo que sus miradas, lejos de acomodarse a lo estrictamente fundamental y práctico de las mil sensaciones que captan cada segundo, son capaces mejor que nadie de percibir la melodía inherente a cada escena. De este modo, para ellos cada día es una nueva canción, un espectáculo innovador y único donde jamás faltan preguntas por formular ni ilusión por descubrir.

   Y es así como los niños, aún sin poder escribir, ni pintar ni tocar música, son poetas...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esos locos bajitos que los llaman, como me gustaría a mí poder seguir siendo niña a veces, para poder olvidar por unos instantes las responsabilidades, y ver el mundo a través de los ojos de la niña que un dia fuí. Cuando crecemos empezamos a tener miedos e inseguridades que hacen que se oscurezcan las cosas bellas de la vida.

Belén dijo...

Son los verdaderos artistas que deberíamos conservar para poder crear, si no mal nos irá...

Besicos