Cuando los sentimientos se marchitan...

La primera reacción cuando te das cuenta de la realidad es negarlo. Te intentas autoengañar convenciéndote de que es sólo es una mala racha y que todo puede volver a ser como antes. Y es cierto que quizás tengas razón, pero, ¿lo es también cuando esa mala racha parece no irse nunca?. Sí, seguramente lo más correcto es seguir teniendo algo de ilusión por eso que ha sido tan importante para ti; eso no puedo negártelo. Pero vuelvo a repetírtelo de nuevo para que lo tengas en cuenta: ¿vale la pena preocuparse tanto por algo que realmente está más que visto que está acabado? Piensa un poco y es posible que te des cuenta de que lo único que te queda es la ilusión por algo que ocurrió en el pasado... y que por tanto ya no existe más que en tu recuerdo.
...

Lo sé, sí, lo sé... o no, tampoco estoy seguro de saberlo... pero sí, los sentimientos se me antojan ya irremediablemente marchitos. Seguramente hace ya demasiado tiempo.
Y no hay sitio ya para esperanzas de ningún tipo, descubriendo en mí algo que había oculto tras esa cortina de indecisiones: el miedo al cambio, a acabar con todo esto. Descubro lo difícil que me resulta darle fin porque... ¿cómo hacerlo sin que nadie tenga que sufrir?...
...

...y descubres, también, que mientras te autoengañas el tiempo pasa y tú mismo te impides seguir avanzando hacia algo mejor.

No hay comentarios: